Somos un grupo de personas de lo más heterogéneo que nos hemos conocido en Red Ecolo Transversal, una nueva red cuyo nombre ya prácticamente lo dice todo: Red, y no asociación ni partido, Ecolo, porque defendemos una visión de la realidad acorde con los principios de una disciplina científica llamada ecología, y Transversal, porque justamente al ser una visión de la realidad no hay ningún ámbito que quede fuera.
A los que nos hemos reunido en este grupo de trabajo, que funciona tanto a nivel virtual (internet) como paravirtual (local y supralocal), nos motiva el estudio y profundización en los temas económicos. En realidad, la ecología y la economía comparten justamente una visión amplia de la realidad, tanto, que hasta en el origen etimológico de la palabra se adivina. Oikos, en griego, se refería a "la casa", y en un sentido amplio fue tomado para bautizar estas dos disciplinas académicas: la economía y la ecología.
La deuda es la clave de la actual crisis que venimos padeciendo (dentro del ámbito de la economía). Es un término financiero, más que económico propiamente. La deuda es la contrapartida del crédito, y la palabra crédito viene del verbo "credere", es decir, creer. También hablamos de "fiar", que tiene que ver con la fe, con la confianza.
Y la quita es un concepto financiero que interviene como una forma de solucionar los problemas que derivan de la deuda. Al deudor no se le fía, es decir, ya no tiene crédito. Pero sin confianza, sin fe, no es posible vivir. Cuando encargamos un libro, el librero se fía de nosotros para pedirlo a la editorial: se fía de que volveremos a comprarlo, y que no se quedará con un libro más en su estantería, que quizá nadie quiera salvo la persona que lo encargó y teniendo que pagar él de su bolsillo a la editorial por ese libro que no pidió para sí. El crédito, la confianza, son fundamentales para que pueda haber intercambios más allá de las cosas más inmediatas. Por eso una sociedad no puede permitirse vivir sin crédito.
En las culturas antiguas el deudor que no podía satisfacer la deuda se convertía en esclavo. Más tarde, cuando ya la esclavitud no era legal, o no se podía legalmente convertir en esclavo a cualquier persona, se metía al deudor en la cárcel. Siempre cabía el perdon, claro. En la cultura judía bíblica, cada siete años había una especie de perdón general de las deudas. En el mundo moderno las finanzas llaman quita al perdón de una parte de las deudas. Es una especie de borrón y cuenta nueva.
La economía convencional se ha impregnado de tal forma de la lógica de las finanzas, que ha convertido el crecimiento en un dogma. Ahora mismo, si oyes a los políticos y a los medios, parecería que sólo el crecimiento nos puede sacar de la crisis. El crecimiento y el crédito van de la mano. Si pedimos cien, luego tenemos que devolver cien más el interés. Y por eso hay que crecer. No por ninguna otra cosa. Si los estados necesitan crecer, es simplemente porque no se han conformado con administrar el dinero obtenido por los impuestos, sino que ha emitido deuda, fiando al crecimiento el pago de los intereses. Es decir, el crecimiento ha acabado convirtiéndose en obligatorio, para financiar los intereses de la deuda.
Por eso, la quita es la única solución lógica y viable para salir de la espiral de la lógica perversa de la financiación mediante mecanismos de deuda y crédito. Pero no vale una quita, si luego todo sigue igual. Y existen muchas cosas que se pueden hacer para que no todo siga igual. Hay muchas formas diferentes de hacer las cosas. Y de eso irá este blog. También de la deuda, claro, y de cómo se ha ido generando, porque no es lo mismo financiar una red de alcantarillado que un aeropuerto fantasma. Y no es lo mismo pagar una renta digna a un desempleado con niños, enfermos o ancianos a su cargo, que pagar a un banquero que no hace bien su trabajo para que siga obteniendo beneficios millonarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario